Hay ocasiones en las que lo único que nos pide el cuerpo es una buena sopa que nos haga entrar en calor. Y es que, aunque se puede tomar sopa en cualquier época del año, es cierto que esta época propicia degustarla en cualquiera de sus variedades, como entrante o como primer plato. La receta para el frío que hoy os traigo es de una sopa que solía hacerme mi abuela y que era tradicional en su casa en invierno.
Sopa de cebolla: una sencilla receta para el frío
Necesitaréis los siguientes ingredientes: 6 cebollas dulces de buen tamaño, 2 litros de caldo de carne, 2 dientes de ajo, 50 gramos de mantequilla, dos cucharadas de aceite de oliva, 3 cucharadas de harina de trigo, 15 mililitros de coñac, 100 gramos de un queso suave rallado, pan duro en rodajas, sal y pimienta.
Para su elaboración, sólo tenéis que proceder de la siguiente manera:
- Poned en una olla a calentar el aceite y la mantequilla
- Cuando la mantequilla se funda, introducir las cebollas, peladas y cortadas en finas láminas. Echad también uno de los dientes de ajo, que previamente habréis picado bien. Removed bien y salpimentad al gusto.
- Cocinar a media temperatura, tapando la olla para evitar que se evaporen los jugos. Una vez se poche la cebolla, añadid la harina, el coñac y el caldo y mezclad bien.
- Cocinad durante unos 20 minutos, a fuego medio.
- Tostad las rebanadas de pan. A continuación, refregadles el otro diente de ajo, para que cojan el sabor.
- Repartid las rebanadas de pan en los cuencos en los que vayáis a servir la sopa. (Con una rebanada por comensal bastará).
- Servid la sopa cubriendo la rebanada de pan.
- Este paso es opcional, pues podéis obviarlo si así lo preferís. Consiste en espolvorear el queso rallado por encima y gratinarlo hasta que se funda.
Ya veis que es una receta muy sencilla y que hará las delicias de todos. ¿La conocíais?
Saludos, Mateo
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