Mis amigos no dejan de repetirme que tengo muy perfeccionada la técnica del crepe… aunque, sinceramente, basta con elegir una receta de crepes y seguirla a rajatabla.
Lo cierto es que ya lo tengo asumido: soy un auténtico devorador de crepes. Dulces o salados, me encantan de cualquier tipo. ¿Por qué será que los crepes gustan tanto a todo el mundo? Y, si encima se pueden acompañar de cualquier ingrediente, ¡mucho mejor!
Es cierto que hoy se puede comprar masa de crepes, o incluso los crepes ya hechos, en cualquier supermercado, pero yo prefiero hacerlos en casa: me siento más realizado y ¡no es difícil! Si os animáis, aquí tenéis la receta para hacer unos deliciosos crepes:
Receta de crepes:
Basta con tamizar 150 gramos de harina de repostería en un bol adecuado, y añadir 250 ml de leche, 1 cucharada de azúcar, otra de aceite, una pizca de sal y 2 ó 3 huevos. Tras batirlo bien, debe quedar una crema sin grumos. Aunque se puede usar inmediatamente, si tenéis paciencia e introducís la masa en la nevera durante una hora, las crepes os quedarán aún más buenas. En este tiempo podéis aprovechar para ir preparando los rellenos que usaréis.
Después de una hora, sacad la masa de la nevera, veréis que tras este tiempo es un poco más densa. Removed con una cuchara, y poned al fuego una sartén (del diámetro que queráis que sean las crepes, lo recomendable es que no sean demasiado grandes). Poned una cucharadita de aceite en la sartén y, con un cacito, echad la masa hasta que se tape la base de la sartén.
Esperad a que se haga por un lado, y dadle la vuelta. Cuando esté hecha por el otro lado, retiradla a un plato y empezad de nuevo la operación hasta que acabéis con toda la masa de crepes.
Sobre los rellenos, vale cualquier cosa: si os gustan dulces, podéis añadir mermeladas, caramelo, chocolate o incluso frutas con nata. Si preferís los crepes como comida salada, probad a enrollarlas con jamón de york y queso, o a hacer saquitos con ellas introduciendo en su interior verduras y pollo… Echadle imaginación, aprovechad lo que tengáis en casa y ¡a crepear!
Saludos, Mateo
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