Lo cierto es que por pocas bolsas de plástico que haya en un hogar, su almacenamiento siempre es un engorro. Para que el cajón de las bolsas no os ataque cada vez que vais a coger una hay varios métodos, estos son los que yo suelo utilizar:
- Dobla las bolsas: para doblar bolsas eficazmente sigue estos pasos:
- Coloca la bolsa sobre una superficie plana y estírala bien para sacarle todo el aire. Respeta la forma natural de la bolsa (los pliegues y costuras).
- Dobla verticalmente la bolsa, es decir, junta un asa con la otra. Repite la operación hasta que obtengas una tira larga de más o menos 10 cm de ancho.
- Coge la esquina superior derecha y pliégala hacia el borde izquierdo de la bolsa (se formará un triángulo). A partir de ahí, ve plegando sobre ese triángulo.
- Guarda el último plegado introduciéndolo en el bolsillo que se ha formado en el triángulo.
- El resultado final es un triángulo bien cerrado que, como ves, ocupa muy poco espacio y mantiene las bolsas en buenas condiciones para ser reutilizadas.
- Dispensador: usa las cajas de pañuelos de papel o los contenedores de plástico de toallitas húmedas. Sólo tienes que meter las bolsas prestando especial atención en encadenarlas mediante las asas. Así, cuando saques una, ésta servirá de guía para que la siguiente asome las asas por la abertura, facilitando que la recuperes cuando te haga falta.
- Enrolladas: Usa para esto los tubos de cartón del papel de cocina. Puedes enrollar las bolsas sobre éstos, o bien, meterlas dentro (a presión), usándolos como contenedores de urgencia para este fin.
Saludos, Mateo
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