Todo buen cocinillas que se precie tiene sus truquitos para hacer la vida más fácil, y yo no soy menos. Personalmente, soy muy aficionado a cocinar con cebolla. Me encanta su sabor y la jugosidad que da a los platos. Si sois reticentes a cocinar con ella por su poder lacrimógeno, debéis saber que hay técnicas para evitar llorar cortando cebolla.
Lo cierto es que hay cebollas que no nos provocan ese llanto. Sin embargo, otras nos ocasionan un tremendo escozor de ojos que parece que nunca cesa.
Como más vale prevenir que curar, lo mejor es que apliquéis estos trucos para evitar llorar cortando cebolla desde el principio y antes de experimentar ante qué tipo de cebolla estáis.
Es interesante que sepáis que la culpable de que lloréis no es la cebolla, sino una sustancia presente en ella. Se trata de la anilasa, una sustancia que libera un aceite sulfurado que es captado por la nariz y sus receptores. Ésta provoca la irritación de las mucosas nasales y que nos escuezan los ojos.
Uno de las mejores técnicas para minimizar el llanto por el corte de la cebolla es usar un buen cuchillo, bien afilado. Con un corte rápido y limpio minimizaremos la liberación de la anilasa. Si tenéis buena práctica o ya domináis la técnica y sois rápidos cortando cebolla mucho mejor. Y es que así estaréis en contacto con los aceites irritantes menos tiempo.
Además, la liberación de esta sustancia se da más cuanto más templada esté la cebolla. Sin embargo, cuando la cebolla está bien fría, se reduce considerablemente la propagación de esta molécula. Es por ello que un buen truco que minimizará este desagradable efecto consiste en meter la cebolla en el congelador un ratito antes de cortarla.
Por último, mucho ojo o con abrir las ventanas para que la estancia esté bien aireada. Este acto es contraproducente, pues corréis el riesgo de que una corriente inesperada de aire os juegue una mala pasada.
Saludos, Mateo
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