Cómo limpiar y desinfectar rápidamente esponjas y estropajos

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Aunque se pasen el día, como quien dice, entre espuma de lavavajillas, las esponjas son una fuente importantísima de gérmenes, que, si no tratamos adecuadamente, encontrarán un perfecto hábitat para reproducirse. Y es que es importante tener los estropajos limpios para evitar enfermedades en toda la familia. No basta con cambiar regularmente nuestras esponjas y estropajos, pues el mantenimiento mínimo exige que éste se haga una vez cada 3 días.

 

Sin embargo, la buena noticia  es que no es difícil ni costoso conseguir desinfectar las esponjas y estropajos que usamos en la cocina. Con estos pocos gestos conseguiréis tener unos estropajos limpios en vuestra cocina.

 

Hay varios métodos, pero, como punto de partida, retirad los restos adheridos tras la limpieza de los platos y escurrid bien la esponja antes de guardarla, a ser posible, en un sitio bien aireado.

 

Para desinfectar estos utensilios, podéis optar por, directamente, introducirlos en el lavavajillas. Para evitar que se muevan durante el programa de lavado y puedan provocar alguna avería, aseguraos de introducirlas en el compartimento de los cubiertos. Algunos modelos de lavavajillas cuentan con una especie de tapa en las cestas de los cubiertos, si es vuestro caso cerradla para aseguraros de que no se mueve.

 

En el caso de esponjas sin partes metálicas, podéis usar también el microondas. Para ello, introducid la esponja en un recipiente con abundante agua. Si veis que la esponja ha absorbido gran parte de agua, no dudéis en echar más. En definitiva, tenéis que intentar que la esponja no pierda humedad ni tenga partes secas. Una vez hecho este paso, introducid el recipiente con el agua y la esponja en el microondas, y ponedlo a máxima potencia durante un minuto y medio. Luego, colocadlo todo bajo un chorro de agua fría para enfriar la esponja ¡y listo!.

 

Hay otra fórmula muy extendida que consiste en introducir los estropajos en una fuente con agua y vinagre (1/3 de vinagre, 2/3 de agua) y dejarla reposar durante un cuarto de hora. Posteriormente, aclarar muy bien y dejar secar.

 

Por último, en esta causa también podéis usar lejía, pero recordad prestar especial atención en eliminar cualquier resto de la misma antes de volverla a usar.

 

Saludos, Mateo

 

Imagen: Pinterest

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