Un hábito que todos hemos ido adquiriendo en muy poco tiempo es el de dormir con el móvil cerca (o muy cerca) nuestra. Y, más típico aún, ponerlo a cargar mientras tanto. A estas alturas, ya nos han prevenido muchas veces de las radiaciones y su nocividad, pero ¿sabíais que hay un motivo más allá de ese por el que dormir con el teléfono cerca es perjudicial?
Y es que a nivel psicológico, dormir con el móvil cerca tiene un precio. Y este interfiere más de lo que creemos en nuestros descaso.
La verdad es que soy el primero que aprovecha los últimos minutos del día para leer las noticias, consultar las redes sociales o incluso mantener alguna conversación por mensajería instantánea. Todas estas acciones son desaconsejadas por lo expertos, que consideran que el brillo de la pantalla nos desajusta el ritmo biológico. La luminosidad de las pantallas engaña a nuestro cerebro y le hace creer que ya es de día, por lo que nuestro cuerpo se activa y nos cuesta más trabajo conciliar el sueño.
No sólo eso, sino que si somos personas muy ocupadas y nuestro correo electrónico no para de recibir emails, estaremos aún más activados y en un estado de alerta permanente que nos interferirá en la calidad del sueño. Y es que las pesadillas, por ejemplo, suelen estar provocadas por estados psicológicos como el estrés. Así que, probablemente, nos despertaremos más a menudo y nuestro descanso se resentirá.
Por otro lado, tampoco es conveniente dormir con el móvil de bajo de la almohada, pues no olvidemos que el teléfono móvil no deja de ser un electrodoméstico y, como tal, necesita no sobrecalentarse.
Así que desde hoy, lo he decidido. El teléfono se queda en la habitación de al lado. Antes de dormir, elegiré por recuperar mi antiguo hábito de leer un buen libro. Y saldré ganado lo mire por donde lo mire.
Saludos, Mateo
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