Si la semana pasada fuisteis a una fiesta de disfraces, seguro que vuestra indumentaria no regresó a casa en sus mejores condiciones de limpieza. Hoy os voy a enseñar algunos trucos para que la pesadilla no se prolongue más allá de la celebración de Halloween.
Para disfraces de peluche: metedlo en la lavadora del revés usando un programa de agua fría y suavizante, aplicándole un prelavado a mano en las zonas más sucias. En el caso de las máscaras de estos disfraces, que suelen tener rellenos de cartón, tendréis que usar un limpia alfombras para dejarlas como nuevas. Una vez todo seco, peinad la superficie con un cepillo suave.
Si el disfraz es de gomaespuma, aplicad un aspirador en la superficie para quitar el polvo y otros residuos. Luego, sumergid la prenda en agua fría con jabón y apretad varias veces. El proceso más delicado de la limpieza de la gomaespuma es su secado, pues si no se realiza correctamente puede aparecer moho. Lo mejor es escurrir bien la gomaespuma y envolverla en toallas. A continuación, tendedla al sol para que se seque bien su interior. Podéis acelerar este proceso con ayuda de un secador o un ventilador.
Para las máscaras y caretas, usad un poco de limpiacristales en un paño de algodón o papel de cocina, aplicando por fuera y por dentro. A continuación, aclarad pasando un paño de cocina con agua tibia por la máscara.
Por último, recordad que estos disfraces están pensados para poder ser reutilizados varias veces, así que la premisa básica es no tenerle miedo al lavado, porque resisten mejor de lo que pensamos. En caso de ser disfraces de bajo coste, la situación es la contraria, son disfraces que tendrán una vida útil muy corta. Pensad en reciclar estos últimos para futuros disfraces y no os agobiéis: una mancha que no ha salido del tejido puede venir bien para un disfraz futuro.
Saludos, Mateo
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