Muchos diréis; ‘muy fácil, ¡enciende el aire acondicionado!’. Sin duda, es una opción. Pero no la más económica. Hay trucos alternativos para que la temperatura en casa se mantenga estable durante todo el día. Tan solo hay que prestar atención a pequeños detalles para conseguirlo. En este artículo te enseñamos cómo mantener la casa fresca cuando el calor aprieta. ¡Y sin aire acondicionado!
Tabla de contenido
¡Las persianas están para algo!
Además de para evitar miradas indiscretas o que la luz te despierte demasiado temprano durante las vacaciones, las persianas tienen una función imprescindible en verano; aislar la casa de las altas temperaturas del exterior. Durante las horas en las que el sol incide con mayor fuerza, es recomendable mantenerlas completamente cerradas, sobre todo cuando están orientadas hacia el sur o el este. Una vez que el sol se haya ocultado, es el momento de subirlas y dejar que la brisa entre en el interior (siempre y cuando la temperatura siga siendo más elevada fuera), creando corrientes de aire con otras ventanas de la casa.
La cocina, en modo hibernación
Durante el verano tendemos a cocinar menos que en el resto del año, y las comidas que preparamos suelen ser más ligeras y fáciles de elaborar. Además de por una cuestión de tiempo y ganas, encender la vitrocerámica o los fogones supone una fuente de calor que incrementa de forma notoria la temperatura de la casa. Si no tienes más remedio, asegúrate de cocinar con la puerta cerrada y con el extractor encendido, para que los vapores no creen un microclima en tu cocina. ¡Y evita el horno siempre que puedas!
Pásate a los hábitos nocturnos
Es cuestión de acostumbrarse. Poner la lavadora y el lavavajillas durante la noche es muy recomendable para mantener la cocina fresca a lo largo del día, ya que estos electrodomésticos generan calor cuando entran en funcionamiento. Aprovecha las horas más frescas para que realicen su función. De igual modo, evita el uso de otros aparatos electrónicos durante el día, como ordenadores, o colócalos en habitaciones que no se utilicen para dormir.
Cambia a menudo las sábanas
En verano sudamos más en la cama (salvo los que utilizan sábanas-manta en invierno), por lo que se recomienda cambiar las sábanas al menos una vez por semana. Además, utiliza ropa de cama de algodón, que permite una mayor transpiración y aporta frescor al contacto con la piel.
Viste tu casa para el verano
Aunque pueda parecer algo accesorio, utilizar colores claros en cortinas, persianas, ropa de cama y otros elementos decorativos contribuye a mantener la casa fresca en verano, ya que reflejan mejor la luz y absorben menos el calor. Es también muy recomendable instalar toldos en aquellas ventanas con orientación sur o colocar plantas estratégicamente que ayuden a generar oxígeno y doten de frescura al ambiente.
Si aún realizando estas sencillas acciones en tu casa el calor sigue siendo insoportable, es momento de encender el aire acondicionado. De cualquier forma, con estos trucos las opciones de mantener tu casa fresca cuando el calor aprieta ¡son mucho mayores!