Todos los que tenemos mascota coincidimos en la mucha compañía que hacen y el cariño incondicional que ofrecen a sus dueños. Eso sí, añaden un trabajo extra a la rutina habitual de limpieza del hogar, pues hay que estar muy pendientes de su limpieza por motivos básicos de higiene. Pero de nada sirve tener a nuestras mascotas limpias y relimpias si no sabemos realizar una limpieza adecuada de sus camas, donde pasan gran parte del tiempo. En realidad, lo ideal es que hagamos esta limpieza completa al menos, una vez cada 15 días.
Lo primero es aspirar la cama. Así, evitaremos posibles atascos con el pelo en la lavadora. Si no queréis pasar la aspiradora, podéis usar también un rollo de quitar pelusas o sacudir bien las partes de la cama. Una vez libre de pelo, pasad a desenfundar las diferentes partes.
Respecto a las fundas, tratadlas como cualquier prenda más: siempre teniendo en cuenta sus etiquetas de lavado, proceded a introducirlas en la lavadora o a lavarlas a mano. Normalmente, se deben de poder lavar con agua caliente, fundamental para poder desinfectar bien el tejido. Podéis aprovechar para rellenar la lavadora con mantas y objetos de vuestra mascota.
Respecto a la gomaespuma que compone la estructura de la cama, debéis de lavarla con agua tibia: mirad si se puede meter en la lavadora, y, en caso contrario, hacedlo a mano. Recordad aseguraros de que todo ha quedado bien seco antes de volver a montar la cama.
Si la cama es de mimbre, para limpiar éste (una vez desenfundado) deberéis pasarle el aspirador a máxima potencia. Después, aplicad por su superficie un paño con una mezcla de agua caliente y zumo de limón (intentado que llegue a todos los recovecos), y dejadlo secar en un sitio aireado pero sin que le dé directamente la luz del sol, para evitar que el mimbre se reseque.
Saludos, Mateo
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