Tres métodos sencillos y económicos para limpiar el horno

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El horno es uno de los electrodomésticos más deseados en una cocina. Es un poderoso aliado gastronómico, y es que desde un gratinado hasta una carne, pasando por pescados, arroces, guisos y, por supuesto, repostería. Pocos alimentos escapan de él. Sin embargo, pese al habitual uso de este electrodoméstico, no es tan habitual saber cómo limpiarlo correctamente.

Y sin embargo, es muy importante hacerlo bien, ya que, en caso contrario, proliferarán muchos microorganismos en él. Sin olvidarnos, por supuesto, de los malos olores.

Pues bien, aunque dé mucho miedo, limpiar el horno es muy fácil y no tan engorroso como podemos creer. Lo cierto es que hay muchos métodos para hacerlo. Yo os diré los 3 que suelo usar.

 

Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que el horno está frío y apagado, claro. Luego, retiraremos las bandejas y rejillas interiores, que limpiaremos en el fregadero o, en caso de que no quepa, en la bañera. Una vez hecho esto, es el momento de enfrentarnos al horno.

Primer método: limpieza con bicarbonato

El Bicarbonato es un clásico a la hora de limpiar. Desde luego, hay que reconocer que es un producto de lo más versátil. En el caso del horno, no se queda atrás. Para usarlo, mezclaremos una cucharada de bicarbonato con un vaso de agua, y pulverizaremos las paredes del horno bien con la mezcla. Lo dejaremos así un mínimo de 2 horas (si puede ser más, mucho mejor) y finalizaremos retirando con un paño húmedo los restos de grasa que se hayan desprendido.

Segundo método: cómo limpiar el horno con sal

Para esta técnica, sólo hay que mezclar medio litro de agua con un cuarto de kilo de sal. El resultado será una pasta, que impregnaremos por las paredes del horno, insistiendo en aquellas zonas que veamos más sucias. Tras dejar reposar de 15 a 20 minutos, retiraremos y aclararemos con un paño humedecido con agua.

Tercer método: el infalible y perfumado truco del limón

Si, como yo, sois un poco exigentes con el tema de los olores, seguro que os gusta este truco, pues dejará un agradable perfume a limón. Exprimiremos dos limones en un recipiente apto para el horno. Tras introducirlo en él, pondremos la temperatura a 250º durante media hora. Sacaremos el recipiente y dejaremos enfriar bien el horno. El último paso es pasar un paño suave por las paredes para retirar la grasa que se habrá desincrustado gracias al vapor del limón.

 

Saludos, Mateo

 

Imagen: Pinterest

 

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