Cuando me toca esperar en la cola de caja del supermercado, me entretengo con cualquier cosa. Me leo todas las etiquetas, estudio los valores nutricionales y me detengo a intentar entender los códigos de barras. En realidad no lo consigo, pero he descubierto varias curiosidades acerca de ellos.
El caso es que los códigos de barras nos dan muchísima información sobre un producto, aunque no sea quizá el tipo de información que siempre deseamos saber. Aunque, a modo de curiosidad, sí podemos conocer de dónde viene un producto gracias a esta imagen.
En definitiva, para entender los códigos de barras lo mejor es empezar dividiendo la numeración en 4 grupos de dígitos. Los 2 ó 3 primeros (según el país de origen) nos indican la procedencia del producto. Estas son algunas de ellas:
- Si aparece un número del 30 al 37, es un producto originario de una empresa francesa
- Si es alemán, el número irá del 400 al 440
- Del 00 al 13, el producto procede de EEUU o de Canadá.
- Un dígito de 45 indica que el origen del producto de Japón
- Y si empieza por 84, estás ante un producto de una empresa española.
El resto de dígitos corresponden a códigos de fabricante y producto, de forma que los 3 siguientes a los del origen corresponden al código que tiene asignado ese fabricante en particular, y los 6 dígitos que hay a continuación es información interna de control de la propia empresa productora.
El último dígito, sin embargo, es un número obtenido a partir de un algoritmo matemático realizado con todos los anteriores. Su función es la de controlar que el marcaje sea correcto, sobre todo en vistas a posibles errores de impresión. Si, en caja, el lector de códigos de barras detecta que es incorrecto el número respecto del algoritmo, dará error. Quizá ahora entendáis por qué, muchas veces, un código de barras da algún tipo de problemas en caja cuando está arrugado o estropeado.
Saludos, Mateo
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