A todos nos pica alguna vez el gusanillo del romanticismo, y nos da por sorprender a nuestra pareja con una mesa bonita y bien puesta. Me imagino que esta noche, siendo la víspera del día de San Valentín, habrá más de una mesa que buscará este estilo. Pero si lo vuestro no es ser detallistas en este sentido, os doy algunas pistas sencillas y que nunca fallan:
- No os agobiéis si vuestra mesa no es grande y majestuosa. No pasa nada, de hecho en este tipo de mesas, lo ideal es que sea pequeñita y acogedora. Eso sí, no pretendáis llenarla de flores, velas y bombones, debéis distribuir todos los elementos por la estancia, creando un entorno acogedor.
- También podéis optar por salir de la rutina y disponer la mesa en una ubicación diferente: si el tiempo lo permite y tenéis terraza, aunque sea pequeñita, puede ser una buena alternativa poner allí la mesa. O en el jardín. Incluso una cena en el interior de vuestro hogar puede tener ese aire de novedad si cambiáis la mesa de sitio y la colocáis, por ejemplo, en el centro del salón.
- Recurrid a las velas, aunque sólo sea una. Queda muy bonito y seguro que le encantará a vuestra pareja.
- Usad vuestro ingenio: un sencillo jarrón o botella de cristal con unas flores silvestres pueden quedar preciosas y es algo muy barato de conseguir. También podéis optar por decorar la mesa con alguna fotografía especial en la que aparezcáis los dos.
- Si sois un poco torpes con la cocina, lo mejor es que no os arriesguéis: aunque siempre podéis encargar comida, si preferís hacerla vosotros y tirar por lo seguro intentad presentar esa cena de un modo especial. Incluso un sándwich puede convertirse en suculentos canapés si le quitáis una rebanada y lo disponéis en pequeños trozos en un plato con buena presencia. ¡Haced uso de vuestra imaginación y dadle vuestro toque personal!
Saludos, Mateo
Imagen: Pinterest