La cebolla es un básico culinario de la que pocas recetas de cocina se libran. Bien sea en crudo o cocinada, pochada, frita o a la plancha, es un ingrediente delicioso que enriquece los platos más sencillos y redondea los menús más elaborados.
Una de las versiones más populares es la cebolla caramelizada. Muy de moda últimamente en restaurantes, supone un condimento jugoso y delicioso en hamburguesas y sándwiches, pero no sólo ahí. Es una guarnición buenísima para las carnes y aporta un sabor muy peculiar a las ensaladas. Pero, todavía hoy, hay mucha gente que no se atreve a enfrentarse al proceso de caramelización de la cebolla en sus cocinas. Probablemente la causa sea el desconocimiento, pues, como veréis, es muy sencillo de preparar.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la caramelización reduce mucho el volumen de la cebolla. Por tanto, con un kilo de cebolla cruda obtendremos, aproximadamente, medio vaso de cebolla caramelizada.
Para elaborar esta receta necesitaréis, además de cebolla y AOVE, un poquito de bicarbonato. Opcionalmente, un poquito de azúcar, aunque sin ella caramelizaremos igualmente la cebolla.
Paso a paso para preparar cebolla caramelizada
- En primer lugar, cortaremos la cebolla en juliana.
- A continuación, echad aceite abundante en una sartén de base ancha. Añadid la cebolla y un poco de sal. Mezcladlo todo bien para que el aceite impregne toda la cebolla.
- Entonces, encenderemos el fuego. Debemos ponerlo a mínima potencia.
- En pocos minutos, la cebolla se habrá pochado. Es el momento de espolvorear sobre la cebolla una cucharadita de bicarbonato sódico y mantener el fuego bajo.
- En unos 30 minutos aproximadamente, y tras dejar reducir, tendremos la cebolla caramelizada. Lista para servir y degustar.
Sin embargo, hay quien prefiere potenciar el dulzor natural de la cebolla caramelizada. Si es vuestro caso, añadid al final del proceso un par de cucharaditas de azúcar y remover bien. Dejad reposar un par de minutos y ¡listo!
