Si echo la vista atrás y me pongo a recordar el jaleo que armé la primera vez que me enfrenté a las tareas del hogar yo solo, no puedo parar de reír. Allí estaba yo, con un trapo en la cabeza y preparado para una especie de guerra contra la suciedad. Al final, no aproveché bien el tiempo, y todo por no saber gestionarlo adecuadamente o conocer la ruta de limpieza más eficiente. Vamos, que tuve que limpiar dos veces algunas cosas (vale, en ocasiones, hasta 3 veces). Todavía a día de hoy aprendo trucos de limpieza que me facilitan el día a día. Por ejemplo:
- Para dejar el microondas reluciente, ponedlo en funcionamiento durante 8 minutos tras haber introducido en él un cuenco con agua y un limón partido en dos. Después, sólo tendréis que pasar un paño limpio y seco por su interior.
- Recordad limpiar de vez en cuando los filtros de la campana extractora. Para ello, introducidlos en un barreño (o en la bañera) con un poco de desengrasante o lavavajillas. Para finalizar aclaradlos bien con agua.
- ¡No os descolguéis por la ventana para limpiar las persianas!. Es muy típico verlo, pero ello no quiere decir que sea lo correcto, y además es muy arriesgado. En vez de eso, es mucho más cómodo desatornillar el tambor de la persiana (salvo excepciones, sólo se trata de quitar cuatro tornillos) y empezar a enrollarla poco a poco, pasando un trapo húmedo constantemente. Luego, sólo tenéis que volver a poner el tambor y bajar la persiana de nuevo para limpiarla por dentro. La dejaréis como nueva.
- Para limpiar el colchón, pasad por su superficie la aspiradora. A continuación, espolvoread encima bicarbonato sódico y, tras dejarlo reposar durante un par de horas, volverlo a aspirad.
¿Qué os parecen estos trucos para hacernos la vida más fácil? ¿Sabéis más? ¡Me encantaría conocerlos!
Saludos, Mateo
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